El primer relato de esta obra es su homónimo y uno de los favoritos del autor. Luego, aquellas ideas dieron lugar a otras narraciones, algunas más complejas, como la titulada Volver a encontrarnos, realizada a intervalos amplios. Deseaba el autor escribir un relato de vida, de resistencia, de muerte y de fe en el ser humano. Otros, como El castillo o La silla, fueron escritos más fácilmente. El castillo evoca sus recuerdos de niñez: aquellos veranos en Soto del Real (antes Chozas de la Sierra) llenos de felicidad, aventuras y libertad. A menudo solo y en ocasiones acompañado de amigos, se acercaba con la bici hasta el pueblo cercano
de Manzanares el Real. Su imponente y hermoso castillo, en los años sesenta solitario y observador, supuso un inolvidable lugar de ilusión y juegos. En La silla se rememoran detalles del magnífico programa de TVE Estudio 1 y El sereno homenajea a esta figura entrañable de los barrios madrileños en la forma de persona, amable y bondadosa. Son estos relatos tan solo una muestra de aquellos que completan la obra, con los que el amable lector disfrutará al abrir este libro.
