Juan Ciudad. Fue un pobre pastor de Oropesa (Toledo), nacido al parecer en Portugal, hacia el 1495, judío de origen, cristiano de vocación, sin más riqueza que sus manos, ni más ciudad ni tierra que los duros caminos de este mundo. Se alistó por dos veces en las tropas del rey español, pero no alcanzó la gloria del triunfo militar. Pobre fue a la guerra, pobre volvió, sin honor ni privilegios. Juan Ciudad, hombre del mundo. Esta fue su primera contraseña. Juan de Dios. Como pobre buhonero llegó a Granada. Allí le esperaba Jesús, para ponerle al servicio de los enfermos abandonados. Dejó a un lado las razones cuerdas, dejó los argumentos, se puso a cuidarles. De esa forma abrió un camino de amor, camino de Dios, entre los pobres de Granada. Por eso empezaron a llamarle Juan de Dios y él mismo empleó este nombre, firmando "Juan de Dios, si Dios quisiere", hasta el momento de su muerte (1550). Juan de Dios de Javierre. A cada santo pertenece su biografía. La de Juan Ciudad, Loco de Dios, cristiano cuerdo, se hizo pronto popular entre el pueblo cristiano. De nuevo la ha escrito, a los 500 años de su nacimiento, el mejor de sus posibles biógrafos: José María Javierre. Por eso me atrevo a decir que ésta es la vida de Juan de Javierre, historiador y periodista, autor privilegiado de la vida de los grandes santos del siglo XVI: Teresa de Jesús, Juan de la Cruz
