En 1933, los habitantes de Cliftonville, un pequeño pueblo cercano a Londres, vive aterrado por los robos realizados por un hombre enmascarado llamado William Pear y apodado "el Fantasma". El ladrón desapareció y su botín nunca fue encontrado. Ahora, los trillizos buscadores de tesoros, PC, Floppi y Cha-Cha, aprovechando que su padre tiene que viajar a Londres, van a ir a Cliftonville en busca de ese tesoro.
Una vez en el pueblo, los chicos comienzan a investigar la casa de William Pear. Sus indagaciones les llevan hasta Elena Bollinger, la sobrina de Pear. Esta les cuenta la verdadera historia de su tío: William era un hombre solitario, que vivía en las afueras del pueblo, y que, debido a malformaciones en la cara, vestía siempre con una máscara dorada. Descubren que Pear no robó nada, y que murió por el disparo realizado por un miembro de los Stuart, una familia vecina cuyo clasismo les lleva a odiar al personaje conocido como "el Fantasma". Además, William quiso recuperar el botín del verdadero ladrón para demostrar que él era inocente, pero antes de poder revelar donde lo había escondido murió.
A partir de ese momento, el trabajo de los chicos se centra en tratar de encontrar el tesoro de William, pero fracasan, a pesar de lograr muchos avances y descubrir escondites secretos en su casa. De vuelta en casa, los chicos reciben una carta de Elena Bollinger donde les cuenta que se ha encontrado el botín escondido en casa de los Stuart, ya que William sabía que era el lugar más seguro para guardarlo. También se enteran de que el verdadero ladrón fue el inspector de policía Margo, el mismo que tramó el fallido plan para detener al "Fantasma", y que además, Margo había sido chantajeado por el entonces comisario Hammond, que también quería parte del botín.
