Un buen dÃa, Potosnáguel conoció a una lagartija que hablaba y componÃa música. Después, entabló amistad con un ratón que recogÃa las quejas de las personas y las metÃa en un saco. Tal vez estés pensando que un niño no puede hablar o jugar con los animales, ni nada por el estilo. Pues bien, ¿por qué no lo compruebas Seguro que, con un poco de voluntad, tú también podrÃas ser como Potosnáguel.