Escribo desde que sé escribir. Le escribÃa a mi alma hasta que encontré al amor, le escribà al único amor hasta que fui capaz de encontrarlo en multitud de corazones, le escribà al amor sin nombres ni apellidos y cuando no lo tuve me lo inventé.
Escribo con las tripas; no llenas, sino fuera.
Escribo hasta que sale algo de poesÃa, o no sale nada, en cualquier caso es mejor que pegarse un tiro o planchar una tarde de domingo.
Me fijo en cosas pequeñas, en mà mismo, me quiero pero a veces no me soporto, y tengo muchos errores, y seguidos, y algunos no quiero dejarlos.
A veces creo que todo lo que ocurre parece una tragicomedia, España se explica con Berlanga, Gila y Buero Vallejo.
Lo único que está globalizado es la pobreza.
La poesÃa es una escalera que cruje, un quedarte a centÃmetros de decir algo claramente, algo que no te das cuenta de lo que es hasta que alguien te da un beso con su lectura o te cierra y deja de saludarte.
Que os entretenga este rato, y la vida, y que podáis tener a alguien cerca, buscadlo, no es bueno estar solo, porque una mala tarde la tiene cualquiera.