En la espesura de la selva de El Petén se estableció el último señorÃo maya de los itzaes, convirtiéndose en un bastión contra la conquista en los siglos XVI y XVII. Su capital, Noh Peten, fue el centro polÃtico de una región cuya influencia se extendÃa desde el norte de Yucatán hasta Alta Verapaz en Guatemala. Esta civilización alcanzó su esplendor en el posclásico y se erigió como la principal amenaza de la Corona.