Durante su larga trayectoria, Oliver Sacks fue conocido ante todo como un explorador de la mente humana, un neurﾃｳlogo con un don para los retratos complejos y reveladores de personas y sus enfermedades que servﾃｭa de acicate para el ﾃｩxito fenomenal de sus libros. Pero tambiﾃｩn fue miembro activo de la American Fern Society (Sociedad Americana de los Helechos), y desde niﾃｱo siempre le fascinﾃｳ la capacidad de esas plantas primitivas para sobrevivir y adaptarse a climas diversos. En Diario de Oaxaca entrelaza con briosa inteligencia las coloridas hebras de la biologﾃｭa, la historia y la cultura para tejer un fascinante tapiz de Mﾃｩxico y de un grupo de buscadores de helechos unidos por una pasiﾃｳn comﾃｺn.
En este extraordinario rincﾃｳn se reﾃｺne un variado grupo de botﾃ｡nicos, profesionales y aficionados, eruditos que desconocen la pedanterﾃｭa, con una perspectiva diferente y originales percepciones. Y esta parte del mundo destaca por su esplﾃｩndida variedad: mientras en Nueva Inglaterra hay unas cien variedades de helechos, en Oaxaca hay casi setecientas. En los mercados de los pueblos se venden por lo menos dos docenas de clases de chiles, desde la que tiene un ligero sabor picante hasta la que es capaz de causar alucinaciones. Oaxaca es tambiﾃｩn un paraﾃｭso de aves, y el sueﾃｱo del arqueﾃｳlogo (abundan las ruinas antiguas que se hacen eco de leyendas precolombinas). Y es aquﾃｭ donde el Nuevo Mundo hizo al Viejo el delicioso regalo del chocolate, en otro tiempo reservado, bajo pena de muerte, a la realeza azteca. El hondo interﾃｩs de Sacks por la historia natural y la riqueza de la cultura, unido a su afilado ojo para los detalles, hace de Diario de Oaxaca la cautivadora evocaciﾃｳn de un lugar y de sus plantas, su gente y sus infinitas maravillas.
