Recluido en un apartamento, un pornﾃｳgrafo responde las cartas que hombres y mujeres, devorados por la pasiﾃｳn, le escriben. El es, o deberﾃｭa ser, aquel que los guﾃｭe en un laberinto hecho de vﾃｩrtigo y lujuria. Para rescatarlos o darles un sentido. Es un oficio extenuante, de raﾃｭz kafkiana, que apenas le permite unas horas de sueﾃｱo y lo consume emocionalmente. Sﾃｳlo tiene un respiro: observar desde el balcﾃｳn a su amada Orsula, que en contados momentos del dﾃｭa aparece en un parque, siempre en el mismo lugar, siempre el mismo consuelo.
Pero ella decide cambiar las reglas de la relaciﾃｳn. Ya no mﾃ｡s visual, sino epistolar. El pornﾃｳgrafo por primera vez recibe y escribe cartas de amor. Un mensajero las lleva y las trae, con una urgencia creciente. La medida del tiempo pasa a ser leer a Orsula y escribirle. En su torre de marfil del deseo, el pornﾃｳgrafo descubre que su antigua vida se agota, y apenas llega a vislumbrar la que viene. Una felicidad tortuosa estﾃ｡ al alcance de la mano, y sin embargo se evade. ﾂｿAnsﾃｭa el encuentro con la amada o sﾃｳlo sus cartas? ﾂｿQuiﾃｩn es ese mensajero, que se presenta con un antifaz y es tan ﾃｭntimo de su dama? Mientras la incertidumbre lo paraliza, una nueva visiﾃｳn, la definitiva, se urde a sus espaldas.
El pudor del pornﾃｳgrafo es una soberbia novela sobre las paradojas y las obsesiones que puede disparar el amor. Es el relato de una relaciﾃｳn fantasmal y de una pasiﾃｳn real. A treinta aﾃｱos de su publicaciﾃｳn, y acompaﾃｱado de un posfacio inﾃｩdito escrito por el autor para esta ediciﾃｳn, el primer libro de Alan Pauls es tambiﾃｩn un mapa en clave, y no siempre en clave, de la prosa y de los temas que su literatura ha expandido.
ﾂｫAlan Pauls es uno de los mejores escritores latinoamericanos vivos y somos muy pocos los que disfrutamos con ello y nos damos cuentaﾂｻ (Roberto Bolaﾃｱo).
ﾂｫCﾃｳmo no reconocer el placer en un texto que contempla tan minuciosamente nuestra condiciﾃｳn y sabe hacer del escribir su intriga y su acontecimientoﾂｻ (Luis Chitarroni).
