A través de los escritos de Bonhoeffer es posible constatar con gran facilidad que la preocupación por lo ético puede detectarse a lo largo y ancho de su pensamiento, tal vez como consecuencia directa de su inagotable «instinto» de interrogación, que le permitÃa leer con atención y espÃritu crÃtico su propio presente y la tradición religioso-cultural en la que se encontraba anclado. Esta preocupación es especialmente importante en sus últimos años, tanto es asà que algunos biógrafos señalan que la redacción de la «Ética» suponÃa para el teólogo la misión de su vida.
La ética de Bonhoeffer se caracteriza por ser concreta y práctica y por proponerse prioritariamente la reconciliación y la armonÃa de las tensiones entre Dios y el mundo. En Bonhoeffer, lo ético no puede separarse de lo biográfico y por ello, su obra es una testificación, en medio de los avatares e incertidumbres de su vida cotidiana, de la verdad y de la justicia que son inherentes a la encarnación de Dios en cada momento histórico, por complejo, difÃcil y preñado de maldad que pueda ser. Según sus editores alemanes, «en la biografÃa teológico-eclesial de Bonhoeffer, la «Ética» significa el intento de concretar en una concepción teológica fuertemente asentada en la realidad los conocimientos y experiencias que habÃa adquirido» en los difÃciles y crueles años de la guerra.
