Desde el primer momento de su tarea episcopal, san Ambrosio fue consciente de la importancia de la exﾃｩgesis escriturﾃｭstica en el desempeﾃｱo de su cargo pastoral. No en vano sus primeras obras se dedican a comentar escenas del libro del Gﾃｩnesis. Luego, a lo largo de los aﾃｱos tuvo que dedicar su atenciﾃｳn de pastor y su producciﾃｳn literaria a otros temas perentorios, como los cuatro discursos de consolaciﾃｳn ante la muerte de diferentes personajes de su entorno o la explicaciﾃｳn del sﾃｭmbolo niceno de la fe y de los sacramentos cristianos.
Al final de su vida, se vuelve de nuevo a la sagrada Escritura, concretamente al libro de los Salmos. En su afﾃ｡n de pastor ha valorado siempre la Sagrada Escritura como el camino que hace posible un encuentro personal del alma con Dios: no solo a pocos que se encuentran en la cima de las virtudes o a la altura de experiencias mﾃｭsticas, sino a todos los creyentes, porque cada hombre es capaz de encontrar a Cristo en la lectura de los textos sagrados, en sus milagros y en sus palabras.
ﾃ瑛 personalmente se enfrenta a la palabra revelada con suma reverencia, porque desea participar en su infinitud y su inescrutabilidad, considerando que la Revelaciﾃｳn es amplia como el mar en el que desembocan todos los rﾃｭos de la sabidurﾃｭa y el conocimiento.
El comentario del obispo de Milﾃ｡n al Salmo CXVIII que se ofrece en estas pﾃ｡ginas es traducido al castellano por primera vez.
