Las lenguas de las mariposas
se sacian de sangre,
mientras vampÃricas alas coloreadas
tiñen el aire de la primavera.
Engullen los sueños
mientras el sol se duerme.
La iguana,
que dormida en las cuevas ocultas despierta,
va comiéndose la lengua de los hombres,
y la nieve,
pierde el frÃo y se templa convertida en plástico.
Ya no calman la sed de la tierra
las secas lágrimas celestes,
convirtiéndose el mar en lagos
los secos rÃos marchitos acumulan heces.
El canto del mar y del bosque
se graba para el recuerdo,
mientras tanto,
el canto de otro pájaro se pierde.