Según este cuento las mamás, de pequeñas, fueron unas santas. Jamás se metÃan el dedo en la nariz ni decÃan palabrotas ni tiraban de la cola al perro, ni pintaban las paredes con rotulador, ni tenÃan celos de sus hermanitos... ¿Se puede creer algo asÃ? Hay que abrir este libro para averiguar la verdad.