La filosofÃa no habÃa tenido hasta entonces muchos representantes en la Academia, y sà una ausencia clamorosa cuyo vacÃo llena este discurso. El valor de este texto reside en el hecho de que, sin ser su autor un lingüista ?aunque sà excelente traductor de Karl Bühler?, se hace algunas de las preguntas fundamentales en torno al lenguaje y contesta a ellas desde la reflexión filosófica, pertrechado de conceptos de la filosofÃa de Ortega y de su propia obra. A este discurso, aquà reeditado, le sigue la magistral contestación de Rafael Lapesa enalteciendo la figura y la obra de Julián MarÃas.