En un momento, como el actual, de replanteamiento de las raテュces, de exageraciテウn de los nacionalismos, de secularizaciテウn galopante, de fundamentalismos, de intolerancia religiosa... la vuelta a los orテュgenes del cristianismo no es inocua. Puede descubrir intereses de poder, manipulaciones de sentido, transformaciones de significados, alteraciones de las jerarquテュas de valores, asimilaciones desleales, etc. Sin embargo, tambiテゥn manifiesta entregas encomiables, sacrificios testimoniales, plenitudes de sentido, fidelidades admirables, proezas emocionantes, etc. Todo ello forma parte de la acciテウn de Dios en esta historia nuestra; la vuelta a los orテュgenes del cristianismo quiere, ante todo, volver a descubrir esa obra de Dios entonces y ahora.