Guardiola Chorro, Josepa Antonia
SÃlvia Prat tiene 9 años. Nació en un pueblo africano, muy lejos de la ciudad en la que vive ahora. Sabe que es adoptada, y nunca ha tenido ningún problema con eso, hasta que un dÃa una niña mayor que ella, Sara Gen, la minusvalora con rabia ante sus compañeros. Sara se muestra racista, y le dice que se mire en el espejo y comprobará que no es como el resto de compañeros y compañeras, que ni tan siquiera es de este paÃs. Leo, la amiga de SÃlvia, trata de consolarla, pero ya es tarde: Sara ha sembrado en ella la duda, la posibilidad del rechazo por el color de su piel.Esta situación tan desagradable coincide con el embarazo de su madre. Una hija natural crece en su vientre, y esta circunstancia es aprovechada por Sara para insistir en el rechazo. La convence de que cuando la niña que esperan nazca, sus padres dejarán de quererla. Y el caso es que, cuando llega a casa, su madre está muy cansada o muy atareada y no la puede atender. SÃlvia decodifica esta circunstancia como un rechazo en la lÃnea del que apuntaba Sara. Decepcionada y con temor a perder el cariño de sus padres, SÃlvia decide escaparse de casa para buscar otra familia que la aprecie y la quiera de verdad.En superiplo por calles y pueblos que desconocÃa acaba juntándose con un niño titiritero, Miquel, y una niña poeta, Ineta, que también buscan su lugar en el mundo. Aprovechando que el titiritero tiene una tÃa artista del circo que viaja mucho, se establecen en su vivienda, ahora vacÃa porque está de gira. Miquel es ventrÃlocuo, y este don le facilita hacerse pasar por su tÃa cuando le llaman del colegio, o el portero del edificio: siempre han de ser respuestas telefónicas, claro. Pero finalmente los descubrirán y SÃlvia volverá con sus padres adoptivos, que la quieren con locura y han hecho lo imposible para localizarla durante el tiempo que ha estado fuera de casa.